El chorizo de lomo ibérico ofrece una experiencia sensorial completa gracias a su carne magra de cerdo ibérico. La combinación de su curación lenta y el adobo artesanal da lugar a un sabor suave y equilibrado, donde las especias seleccionadas se entrelazan con matices ahumados y un toque picante delicado.

Guarda el chorizo de lomo ibérico en un lugar fresco, seco y protegido de la luz directa. Es ideal mantenerlo en su envase original o en una bolsa de tela para que respire. Si lo prefieres más tierno, puedes conservarlo en la nevera, pero siempre recuerda sacarlo un rato antes de consumirlo para que recupere su mejor sabor.

Para disfrutar al máximo de su sabor, corta el chorizo en rodajas finas y déjalas reposar unos minutos fuera del frigorífico. Esto permite que sus aromas se liberen con mayor intensidad. Si buscas una experiencia completa, acompáñalo con una tabla de embutidos y quesos curados, o simplemente disfrútalo solo.